Fuente: Diario Gestión
Algunos recordarán a Jonah Berger, profesor de Wharton School, y autor del best seller “Contagioso”, quien señalaba que para que un producto se posicione como relevante en la mente y conversación de las personas, este tiene que ser singular, despertar atractivo, generar emociones, escalar al conocimiento público, tener valor práctico y que se pueda construir una historia importante a partir de ello. Todas esas características las engarza la energía geotérmica, una fuente de generación eficiente y abundante, que puede traer un bienestar enorme a millones de peruanos. Sin embargo, pocos la conocen e, inexplicablemente, su inversión no es promovida activamente por las autoridades competentes. Si esto no se evidencia, los peruanos nunca nos daremos cuenta del tremendo potencial disponible para transformar la economía.
La geotermia es una fuente 100% renovable que se encuentra textualmente bajo nuestros zapatos y es considerada por los expertos como una de las más eficientes; superior a las tecnologías eólicas y fotovoltaicas dado los bajísimos niveles de contaminación, provisión continua de energía, costos de largo plazo, fuente infinita y con una convivencia armoniosa con las comunidades colindantes. En efecto, en los países donde esta se utiliza, se ha dado prueba de su superioridad diáfana al desarrollar un ecosistema balanceado socio ambiental, al no verter calor residual a las aguas superficiales, hacer un mínimo uso de este y utilizar poco terreno. Así, las actividades agrícolas y ganaderas pueden convivir perfectamente con ella.
Así, suponiendo que se pongan en marcha inversiones iniciales en plantas de entre 100-300 MW por un valor de US$ 1,500 millones, esto redundaría en un incremento adicional en el crecimiento de Arequipa de 1.5 puntos porcentuales cada año, y de 5 puntos porcentuales tanto en Moquegua como en Tacna. Esta inversión y crecimiento, como consecuencia de los efectos multiplicadores, se reflejaría de forma inmediata en una reducción de las tasas de pobreza y generación de empleo de calidad. Y no solo ello, si estas regiones del sur invierten en geotermia, puede poner en marcha un real encadenamiento productivo que eslabone a las comunidades locales a través del desarrollo de invernaderos para la agricultura, piscigranjas, secado de alimentos, pasteurización, además de calefacción factible para la población hoy altamente vulnerable ante las terribles heladas. Sin duda, una inversión capaz de desarrollar un crecimiento inclusivo regional en toda regla.
La revista The Economist destacó la crisis energética en la que el mundo se encuentra inmerso, así como las acciones que se vienen desplegando. Con los precios estratosféricos que registra el mercado de hidrocarburos y del gas, el Perú debe impulsar una política de largo plazo orientada a diversificar más nuestra matriz. El camino a la competitividad, que sigue un derrotero de muy largo aliento, no puede ser alcanzado si no se asegura las fuentes necesarias y sostenibles para proveer la energía que dinamice sosteniblemente las diferentes actividades económicas del país. Seguir de espaldas a este soporte de energía 100% renovable como lo es la generación geotérmica, considerada como una de las más eficientes, infinita, barata, constante, de base y capaz de traer crecimiento a la región sur, no tiene ningún sentido. Un verdadero plan de competitividad debe considerarlo como parte de los ingredientes indispensables para traer prosperidad a todos los peruanos.