Contar con infraestructura eficiente es fundamental para la competitividad de un país ya que juega un rol esencial en el desempeño de las industrias y la movilidad de las personas. Por ejemplo, los productos agroindustriales transitan por una red de vías (caminos y carreteras) y llegan hasta un puerto para ser exportados. Si las carreteras se encuentran en mal estado, o son muy pequeñas y se genera congestión en puntos de alto tránsito, o si el puerto es muy lento en la estiba de un contenedor, se generan altos costos y mermas que harán que nuestros productos sean menos competitivos respecto de los productos de los países con los que competimos.
Desde el Consejo Privado de Competitividad (CPC) se han desarrollado propuestas siguiendo una secuencia lógica del ciclo de inversión de los proyectos de infraestructura. El punto de partida es la planificación (identificar las necesidades que se deben de cubrir y definir los proyectos que se necesitan para cubrir estás necesidad).
¿Cuál es el estado de la infraestructura en el Perú?
En el 2017, se invirtieron casi 10 mil millones de dólares en proyectos de infraestructura en el Perú. Esto es más del doble de lo invertido en el 2007 y equivale a alrededor de 5% del PBI, nada mal para estándares internacionales. Sin embargo, diversos indicadores reflejan la necesidad de impulsar aún más (o hacer más eficiente) la inversión en infraestructura. Según el Índice de Competitividad Global del World Economic Forum (WEF), el Perú se encuentra a mitad de tabla en el pilar de infraestructura (puesto 85) por debajo de Chile (41), México (49), Ecuador (59), Uruguay (62), Brasil (81) y Colombia (83). La Asociación de Fomento a la Infraestructura estimó una brecha de infraestructura para el periodo 2016-2025 de alrededor de 160 mil millones de dólares, esto equivale a tres veces el presupuesto público del 2019 y alrededor del 75% del PBI.
¿Qué se debe hacer?
Desde el Consejo Privado de Competitividad (CPC) se han desarrollado propuestas siguiendo una secuencia lógica del ciclo de inversión de los proyectos de infraestructura. El punto de partida es la planificación (identificar las necesidades que se deben de cubrir y definir los proyectos que se necesitan para cubrir estás necesidad). Luego viene la formulación (preinversión y la ingeniería de detalle) y la ejecución de la obra. Finalmente se debe asegurar el mantenimiento de la infraestructura y protegerla con proyectos de prevención frente a desastres naturales.
El punto de partida: La planificación. Los problemas de planificación se evidencian:
Por ejemplo, en el 2017, Provías Nacional programó la convocatoria de nueve obras por un monto total de USD 970 millones. De este total, seis proyectos (75 % de la inversión total) tuvieron retrasos en la convocatoria o esta no se llegó a concretar. Asimismo, de los seis proyectos que a la fecha están convocados en Proinversión, cinco tienen retrasos en el otorgamiento de buena pro de más de tres años.
En el caso de las iniciativas privadas cofinanciadas, entre el 2013 y el 2015 se admitieron a trámite 75 iniciativas privadas cofinanciadas. De este total, 20 continúan en evaluación (después de tres años), 54 fueron rechazadas, y solo 1 fue declarada de interés nacional (Sistema de Tratamiento de Aguas Residuales del Lago Titicaca) en marzo del 2018.
¿Qué se necesita para revertir esta situación?
Se requiere un Plan de Infraestructura que identifique las necesidades fundamentales del país, que defina los proyectos que se necesitan para cubrir esas necesidades, que establezca órdenes de prioridad y plazos de ejecución (para definir plazos de ejecución realistas es necesario conocer al detalle el estado de cada proyecto como la necesidad de predios, la viabilidad, los avances en la ingeniería, los permisos que se necesitan, entre otros). El plan deberá estar articulado entre los tres niveles de gobierno para que se planifiquen inversiones que en su conjunto brinden una solución integral con alto impacto. Países como Holanda, Japón, Alemania, Reino Unido, España, Canadá y Chile, todos en el quinto superior en el rubro “Calidad de Infraestructura” del Índice de Competitividad Global, cuentan con un plan de infraestructura.
El plan deberá contar con una visión de largo plazo de dónde queremos estar en 20 años, pero está visión deberá estar acompañada de hitos de mediano y corto plazo. Así, se necesitará tener una lista corta de proyectos que se deben completar por su evidente impacto sobre la productividad del país. Algunos ejemplos son los proyectos de irrigación Majes-Siguas II y Chavimochic III, las vías alternativas de la Carretera Central, las segundas calzadas de la Panamericana, entre otros.
Asimismo, se debe garantizar la continuidad del Plan de Infraestructura, por lo que es necesario poner los “candados” necesarios para que este trascienda cambios de gobierno y de ministros. El CPC propone que el plan y sus modificaciones se aprueben en el Consejo Nacional de Competitividad y en el Consejo de Ministros. Las revisiones al Plan deberán realizarse a mitad de cada Gobierno.