Publicado en La República
Como un efecto residual de un 2023 que trajo el peor resultado del PBI en tres décadas –sin contar la pandemia–, la pobreza en el Perú se incrementó y alcanzó al 29% de la población, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
En total, son 9 millones 780.000 las personas sumergidas en la pobreza: 3 millones 290.000 ciudadanos más que en 2019, cuando la tasa era de 20,2%, y 596.000 más que en 2022 (27,5%). Salvo la ratio de 30,1% que dejó la llegada del coronavirus, hay un retroceso de 12 años en la lucha contra uno de los males endémicos de nuestra sociedad (ver infografía).
Más peruanos son pobres extremos
No obstante, tal como adelantó La República en su edición del jueves 9 de mayo, cuando la presidenta Dina Boluarte amagó con suspender la publicación del informe del INEI, uno de los puntos más críticos ha sido el repunte de la pobreza extrema, la cual empeoró en el primer año de la gestión Boluarte y afectó a más compatriotas que en 2020.
Del 29% de peruanos pobres, un 5,7% son pobres extremos. Antes de continuar, vale aclarar que la pobreza a la que nos referimos es la monetaria. El INEI establece dos umbrales: aquellas personas cuyo gasto para asumir necesidades básicas como alimentación, educación, salud y transporte no pasa de los S/446 por mes es pobre, y quienes estén debajo de S/251 son pobres extremos.
En detalle, 1 millón 922.000 peruanos yace en la pobreza extrema. Comparado a 2022, fueron 249.000 los ciudadanos que cayeron y ahora subsisten mensualmente con una cuarta parte del salario mínimo (S/1.025); y frente al 2019, se registraron 991.000 personas más. En 2020, la tasa de pobres extremos fue de 5,1%, hoy, está 6 puntos básicos por encima (ver tabla).
Y, por ámbito, en el espectro rural hubo un incremento llamativo frente al año previo a la pandemia: pasó de 9,8% a 16,2%. Las regiones con más pobres extremos son Cajamarca, Huancavelica, Loreto y Puno, con tasas de hasta 17,1%.
Javier Herrera, representante del Instituto de Investigación para el Desarrollo-IRD Francia, sostiene que son tres las principales causas por las que incrementó el número de pobres y pobres extremos en el Perú. En primer lugar, está la caída de 0,6% del PBI, ya que la recesión estancó la demanda interna y el consumo privado; además, está la inflación, la cual se disparó en más del 10% solo en alimentos y golpeó a los más pobres. Por último, está el deterioro del empleo en sectores productivos como la manufactura, construcción, pesca y agropecuario.
Los números del INEI reflejan una dura realidad que se contrasta poderosamente con el reciente aumento de S/11.000 que tuvieron los congresistas –adicionales a los S/15.000 de su sueldo– y a las investigaciones por presunto enriquecimiento ilícito a la presidenta Dina Boluarte.
“Hay una ausencia de consciencia sobre la situación que se está agravando. Ya son dos años seguidos que la pobreza aumenta, y ahora nos encaminamos a la urbanización de la pobreza. Respecto a los últimos seis años, la pobreza en Lima se ha triplicado”, asegura el académico.
Más de 20 años para reducir la pobreza al 20%
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) estima que el PBI peruano crecerá 3,1% este año, y hasta 2027 atestará una media anual de 3%. Especialistas consultados por este medio, así como el ministro José Arista, reconocen que es insuficiente para el cierre de brechas.
De mantenerse una tasa anual del 3%, en más de 20 años –aproximadamente en 2046– recién reduciríamos la pobreza al 20% previo al Covid-19, recuerda David Tuesta, presidente del Consejo Privado de Competitividad. Y, en caso se logre un ritmo anual del 4%, se lograría en 16 años.
El profesor del Departamento de Economía de la PUCP, Jhonatan Clausen, sostiene que el crecimiento económico, sin duda, es indispensable, pero que en décadas anteriores “se ha visto que solo el crecimiento es insuficiente para reducir la pobreza monetaria en todas las áreas del Perú”.