Dado el costo económico de la paralización, resulta urgente discutir políticas que permitan controlar la propagación del virus y reactivar ciertos sectores económicos. Ello reduciría el alto costo económico y sus consecuencias negativas sobre el nivel de empleo y las condiciones de vida de la población.
Ante el reto, esta sección analiza tres criterios fundamentales a considerarse en el diseño del plan de reactivación por sectores. Estos criterios son: (i) vulnerabilidad ante el COVID-19; (ii) el valor económico en riesgo y (iii) el nivel de afectación por la cuarentena. El primero mide la vulnerabilidad del sector ante el COVID-19, en función de las condiciones laborales del mismo, el perfil de sus trabajadores y la capacidad de las empresas de implementar medidas sanitarias; el segundo, la importancia económica del sector en la actividad nacional; y el tercero identifica el impacto que han tenido las medidas de aislamiento sobre el sector.
Dichos criterios se componen de hasta seis indicadores, a los cuales se les otorga un puntaje de 0, 1 o 2, según el tercio en el que se encuentre cada indicador. Así, aquellos sectores en el tercio inferior tendrán un valor de 0, mientras que a aquellos sectores en el tercio superior se les asignará un valor de 2. Luego, mediante la suma de las valoraciones de cada indicador, se obtiene un ranking de prioridad sectorial para cada uno de los tres criterios. De esta manera, se determinan tres niveles de alerta para cada uno y se facilita el reconocimiento de los sectores a reactivar.
No obstante, este análisis presenta limitaciones, en línea con la alta heterogeneidad de la actividad económica en el país y la falta de fuentes de información que midan de una forma más acertada los tres criterios a evaluar.
Sin dejar de lado estas limitaciones, los criterios mencionados en este informe contribuyen a la discusión respecto a cómo abordar la reactivación económica del Perú en un contexto muy delicado. En las siguientes secciones se presentan los resultados para cada criterio, algunas consideraciones generales y conclusiones para la reactivación por sectores.
Vulnerabilidad ante el COVID-19
Ante la rápida propagación del COVID-19, se debe priorizar la reapertura de aquellos sectores económicos con bajo riesgo de transmisión donde el riesgo pueda ser rápidamente controlado y mitigado. En ese sentido, se debe evaluar la vulnerabilidad de cada sector asociada a la naturaleza de las actividades que desempeña, el perfil de la fuerza laboral, la locación geográfica de los trabajadores y también la capacidad de los empleadores para implementar medidas de seguridad para la prevención y mitigación de estos riesgos.
Valor económico
La estrategia de reactivación debe distinguir aquellos sectores con mayor importancia económica. Para ello, este criterio considera la participación del sector sobre el PBI para cuantificar el tamaño del mismo en la economía. Además, se toman en cuenta dos variables de empleo: participación del sector sobre el empleo total y porcentaje de empleo formal en grandes empresas. Estas variables permiten cuantificar la capacidad de generación de empleo del sector y qué proporción de este es altamente productivo. Asimismo, se contempla el nivel de encadenamiento del sector que refleja la generación de empleos adicionales en la economía por cada empleo generado en el sector. Finalmente, se utiliza la recaudación de cada sector sobre el total de ingresos públicos para incorporar la importancia del sector en las fuentes de ingreso del Estado. De esta manera, los sectores con mayor participación sobre el PBI, mayor generación de empleo y con alta participación sobre la recaudación total tienen un puntaje más alto en el criterio de valor económico.
Nivel de afectación
El impacto de la paralización ha variado según sector económico debido a las características de cada uno de ellos. En primer lugar, se considera la pérdida estimada de cada sector durante la cuarentena. Asimismo, se incluye el porcentaje del total de solicitudes de suspensión perfecta según sector, porcentaje de empresas del sector con trabajadores afectados y el porcentaje de trabajadores formales registrados en actividades del sector que no se encuentran permitidas. Estos indicadores son reportados por el MTPE y permiten identificar a aquellos trabajadores y empresas del sector que han reportado haber sido afectados por las medidas de aislamiento social. Por ejemplo, empresas que no se encuentran operando, que no han recibido ingresos y, por ende, han tenido que aplicar suspensión perfecta de labores.
Adicional a ello, se complementa esta información con el porcentaje de la PEA ocupada del sector en empresas de hasta 10 trabajadores y el porcentaje de trabajadores del sector con contratos a plazo fijo, locación de servicios o sin contrato. Por un lado, las empresas con menos de 10 trabajadores suelen ser aquellas con menos recursos para afrontar esta situación de crisis, mientras que los trabajadores con contratos temporales están expuestos a no ser renovados en las empresas en las que laboran. Así, los sectores que no han podido producir, que registran un mayor número de empresas con empleados afectados y que presentan un alto riesgo de despido, tendrán un alto nivel de afectación.
Consideraciones generales
El análisis de los criterios propuestos y las entrevistas con diversas fuentes de los sectores, revelan que habría una alta heterogeneidad al interior de cada uno. Por un lado, las grandes empresas contarían con mayores recursos para implementar los protocolos de salubridad y evitar mayores contagios; mientras que las empresas más pequeñas se verían limitadas en su aplicación. Asimismo, se debe considerar que el alto nivel de informalidad de algunos sectores dificultaría el cumplimiento y la supervisión de las medidas sanitarias.
No obstante, independiente a la etapa en la que se reactive cada rubro, existen consideraciones generales que se deben aplicar transversalmente.