Según el economista colombiano, Guillermo Perry, autor del informe “Informalidad: Escape y exclusión”, el término Informalidad tiene diferentes connotaciones y, lo común, es que sean negativas: trabajadores desprotegidos, regulación excesiva, baja productividad, evasión de impuestos y la ley, entre otros. En ese sentido, desde el Consejo Privado de Competitividad (CPC) creemos que, para resolver el problema de la informalidad, es esencial abordarla bajo un enfoque integral. Este problema no se reduce al tema laboral, sino que hay una serie de factores adicionales que se deben de atacar para mejorar la productividad de las empresas y trabajadores peruanos.
Un primer punto que toma relevancia es que, de acuerdo una investigación realizada por ManpowerGroup, el 46% de empresas encuestadas tiene dificultades para cubrir vacantes. Por ello, resulta importante que los jóvenes que ingresan al mercado laboral tengan las competencias que el sector productivo demanda.
Sobre esto proponemos que el sector privado lidere y se involucre en la generación de estándares de competencias para las carreras que demandan y coordinen con los institutos y universidades para que estos adapten sus currículos. Esto se logra a través de la creación de instituciones llamadas consejos sectoriales. Perú ya tiene un buen avance al respecto. Agap y la SNMPE (gremios de agroexportadores y mineros, respectivamente) ya han avanzado con ayuda del BID en la generación de estos estándares de competencia. El siguiente paso debería de ser institucionalizar estos consejos sectoriales para que tengan una articulación activa con los operadores del mercado educativo: los institutos y universidades.
Segundo, más del 40% de los jóvenes que entra al mercado laboral cuenta solo con secundaria completa o incompleta. Por ello, proponemos que el Ministerio de Educación impulse la educación técnica en los últimos años de secundaria, orientada a sectores en los que Perú tiene ventajas comparativas. Esto permitirá que los jóvenes cuenten con competencias pertinentes y que sean certificables para continuar su camino, eventualmente, hacia la educación superior.
Otras iniciativas
Tercero, dado que la informalidad laboral es del 73%, proponemos la promoción de la formalidad laboral en la pequeña empresa y aquellas microempresas con altas posibilidades de graduarse a pequeñas empresas, a través de la creación de un nuevo régimen que se ajuste a la realidad y productividad de estas empresas.
Además, es importante incorporar al pequeño agricultor al mercado internacional, para esto se les debe brindar soporte técnico, acompañamiento para la obtención de las certificaciones internacionales y fomentar las asociaciones para negociar buenos precios. Existen casos de éxitos a nivel local e internacional.
También la eliminación de barreras burocráticas promueve la competitividad de las pequeñas empresas. Por ello, proponemos la autorización automática de licencia de funcionamiento con formatos estandarizados y registro automatizado de empresas en SUNARP con el uso de sus minutas estandarizadas.